TRILOGÍA DE LLAUSET - 2

Presa de Llauset y al fondo el pico Vallibierna

El agua que va y viene

Desde el pueblo de Aneto (1383 m.) en el extremo oriental de la Alta Ribagorza oscense parte una pista malamente asfaltada que sirvió para la construcción del embalse de Llauset ochocientos metros más arriba donde antes sólo había un pequeño estany o laguna glaciar. También sirve hoy para el mantenimiento de las instalaciones que es más bien escaso, y ahora para subir fácilmente al cercano refugio de Cap de Llauset.
En 1983 se concluyeron las obras del que fue el último gran proyecto hidroeléctrico de montaña de los Pirineos; por las mismas fechas en que se daba el impulso definitivo al último pantano de piedemonte, el de Riaño en la montaña leonesa, que anegaría todo un valle con nueve pueblos. En ambos casos el clamor de descontento de las gentes y el silencio geológico de los montes tuvieron el mismo efecto: nulo. 
En un providencial estrangulamiento rocoso del valle, subsidiario del río Noguera Ribagorzana, a 2131 m. de altura, pudo represarse el torrente de Llauset utilizando un sistema poco habitual, la presa de bóveda, (el mismo que en Riaño): la presión del agua embalsada actúa sobre un muro de hormigón que no ha de ser especialmente grueso porque su forma cóncava, como si se tratara de una bóveda o un arco, traslada la carga a los laterales rocosos de la garganta donde se sitúa.
Al final del túnel de acceso al embalse, una salida lateral permite acceder al GR que desciende al valle y también a la presa, que puede recorrerse de punta a punta por lo alto de su vertiginosa curvatura.
El agua del embalse se canaliza bajo tierra hasta dar sobre el valle de Barrabés desde donde se precipita por tuberías 800 metros hasta la central eléctrica de Moralets. Hasta aquí lo normal en tantos y tantos saltos de agua de cualquier montaña.
Pero a poco que el caminante atento se de una vuelta por el embalse de Llauset constatará una primera singularidad: solo un par de torrentes aportan su escaso caudal y sin embargo siempre está lleno. Para la segunda tendrá que darse el paseo en invierno: cuando todos los lagos del Pirineo a esa altura están helados y cubiertos de nieve, las aguas de Llauset no.
La explicación es sencilla pero ingeniosa y a la vez lucrativa para Endesa, la Cía. propietaria. El salto de agua de Llauset a Moralets se completa con el inmediato embalse de Baserca en el río Noguera Ribagorzana. Las gigantescas tres turbinas de Moralets producen electricidad durante las horas diurnas por lo que el nivel del embalse superior desciende. De seguir así en pocos días quedaría vacío. Pero como las turbinas son reversibles, durante la noche bombean el agua mås templada del embalse bajo de Baserca hacia Llauset que recupera su nivel y nunca se hiela.
Pero a cualquiera que haya aprobado la Física de la ESO esta explicación le chirriará porque la electricidad generada por el agua en el salto será siempre menor que la necesaria para devolverla arriba. 
Sin embargo, las Eléctricas además de física saben sobre todo de economía y como el kW tiene un precio bajo en horas nocturnas por la menor demanda, la central de Moralets consume esa electricidad barata bombeando el agua a Llauset para, durante el día, generarla de nuevo y venderla cara por el incremento de la demanda.
Y así termina este cuento en el que el consumo de energía no cuadra, pero las cuentas sí.

Nota : Si desde el embalse se sube por el barranco del Cap de Llauset y el lago Botornás hasta el flamante refugio se comprobará que, pese a la cercanía, no se abastece de la electricidad de la central porque es sostenible y dispone de placas solares... pero entonces... por qué petardea continuamente el generador de gasoil?
Ésta y otras cuestiones en la última entrega.

Entrega anterior: Trilogía de Llauset - 1

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